SAN XOSÉ OBREIRO. DIA DO TRABALLO
Sábado, 01 de mayo de 2021
La plataforma Iglesia por el trabajo decente insta a todos los miembros de la sociedad y del a Iglesia a tomar conciencia de la situación laboral de hoy. Nos toca arrimar el hombro y trabajar más unidos.
Insta a garantizar el acceso a medidas de protección social para quien no puedan trabajar o sus condiciones laborales no les permitan llegar “el fin de mes”.
Reclama un amplio diálogo para configurar un nuevo contrato social basado en la centralidad de la persona, el trabajo decente y el cuidado del planeta.
Bajo el lema «AHORA MÁS QUE NUNCA: TRABAJO DECENTE!», la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), lanza un Manifiesto con motivo de 1 deª Mayo en el que alerta como el impacto de la pandemia está debilitando el derecho al trabajo y empobreciendo, precarizando y descartando a millones de trabajadoras y trabajadores, principalmente mujeres y jóvenes.
Este deterioro —advierten las entidades de inspiración cristiana que impulsan en España esta iniciativa (Cáritas, Conferencia Española de Religiosos, CONFER, Hermandad Obrera de Acción Católica, HOAC, Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica JEC y Juventud Obrera Cristiana JOC)— provoca que “el derecho al trabajo esté en riesgo, lo que supone que el pacto social entre en crisis y, con eso, la propia democracia”.
Cambiar el sistema productivo para poner a las personas en el centro
Para ITD, esta profunda crisis pone de relieve a necesidad de un cambio de sistema productivo, basado en trabajos que acerquen valor, sujetos a unas condiciones laborales dignas, y donde las personas estén en el centro. Es urgente subrayar, en ese sentido, la importancia del trabajo como actividad humana que acrecienta la dignidad de cada persona y de sus familias, al tiempo que participamos en el cuidado del conjunto de la sociedad y del planeta.
El Manifiesto denuncia la destrucción en el último año de miles de empleos, provocados por muchos de los ERTE puestos en marcha que se resolvieron en despidos. Asimismo, los empleos considerados esenciales –muchas veces ejercidos en condiciones precarias, tanto a nivel laboral como de protección sanitaria—, tampoco se vieron reconocidos en una mejora de sus condiciones. “Y las medidas de protección social diseñadas para paliar los efectos de la crisis –se afirma— no llegó a las personas que más lo necesitan, como tampoco sucedió con el subsidio temporal previsto para las trabajadoras del hogar o el ingreso mínimo vital”.
Otra de las consecuencias sociales de la pandemia es el agravamiento de las condiciones de pobreza entre la población migrante en situación administrativa irregular, donde el desempleo y la economía informal son mayoritarios, sin posibilidad de acceso al sistema de protección.
Ante este panorama, ITD insta “ahora más que nunca a adoptar las medidas necesarias para conseguir que el trabajo decente sea una realidad accesible para todas las personas, con condiciones que permitan mantener una vida digna y una protección social que llegue a todas las personas que lo necesitan”. En el Manifiesto se exponen algunas medidas urgentes para reconducir la situación, como son:
- Redefinir la idea del trabajo como actividad humana y configurar nuevas políticas que aseguren la cada persona trabajadora “alguna manera de acercar sus capacidades y su esfuerzo” a la construcción del bien común.
- Potenciar el trabajo con derechos y seguro en cualquier relación laboral y para todas las personas, sin distinción de edad, sexo u origen.
- Garantizar el acceso a medidas de protección social para quien no puedan trabajar o sus condiciones laborales no les permitan llegar “el fin de mes”.
- Lograr el reconocimiento social y laboral de los empleos esenciales para la vida, con unas condiciones laborales dignas.
- Promover un diálogo con toda la comunidad política, sociedad e instituciones para configurar un nuevo contrato social basado en la centralidad de la persona, el trabajo decente y el cuidado del planeta.
- Impulsar la incorporación de la juventud al comprado laboral en una sociedad golpeada por una crisis sanitaria social y económica, creando oportunidades reales de acceso al trabajo digno.
Dadas las limitaciones actuales para llevar a cabo actos de calle, ITD invita a celebrar este Primero de Mayo mediante gestos de oración personal o comunitaria, junto a una “movilización de los balcones” para dar visibilidad la estas reivindicaciones en las ventanas de nuestros domicilios.
La movilización en redes sociales se llevará a cabo con el hashtag: #AhoraMásqueNuncaTrabajoDecente.
Situación del empleo
- Desempleo: 3.719.800 (1.728.400 hombres y 1.991.400 mujeres. EPA 4 T2020)
- Paro de larga duración: 1.521.000 personas que llevan más de un año en paro y de ellas, 885.000 llevan más de dos años.
- Tasa de paro: 16,13% (25,58% en la población extranjera).
- Temporalidad: 24,63%.
- Personas incluidas en ERTE: 500.000
- Hogares con todos sus miembros en paro: 1.197.000
- Hogares sin ingresos (EPA3 T2020): 599.000 hogares, donde residían 1.075.000 personas.
- Diferencia entre los salarios más altos y los más bajos: 4.000 euros. (CCOO)
- Hogares donde su sustentador principal mantiene una relación muy insegura con el empleo (Cáritas): 7,8 millones de personas (16,4% de las familias)
- Trabajadores y trabajadoras pobres: Casi 2,5 millones (13% de los trabajadores y trabajadoras)
- El 34,6% no trabaja las horas que le gustaría ni durante los períodos de tiempo que querría.
- El 48,1% de los trabajadores y trabajadoras tienen jornada a tiempo parcial indesexada.
- 615.000 trabajadores y trabajadoras en la economía informal.
- Uno de cada cuatro hogares (el 24,8%) sustentados por una persona en situación de inestabilidad laboral grave recibe algún tipo de prestación por desempleo o renta mínima de inserción.
- Muertes en el trabajo (MTES): 708 trabajadores y trabajadoras.
- Accidentes graves: 3.505 trabajadores y trabajadoras.
- Accidente con baja laboral: 485.365 trabajadores y trabajadoras.
- Accidente sin baja laboral: 518.979 trabajadores y trabajadoras.